Cuatro de cada 10 niñas adolescentes y mujeres jóvenes de 12 a 21 años pueden tener niveles de hierro lo suficientemente bajos como para causar síntomas como falta de energía y mareos, según un nuevo estudio.
Además, esta investigación advierte de que la mayoría de estas mujeres no son conscientes de esta falta de hierro porque los exámenes de salud regulares para su grupo de edad no incluyen un análisis de sangre que mide las reservas de hierro del cuerpo, llamado prueba de ferritina.
Una de cada 17 mujeres de 12 a 21 años tiene niveles de hierro lo suficientemente bajos como para calificarlas para un diagnóstico de anemia por deficiencia de hierro, que puede causar síntomas que limitan la vida si no se trata correctamente.
Si bien la tasa general de deficiencia de hierro en el grupo de estudio fue del 40 por ciento, la tasa fue aproximadamente un 30 por ciento más alta entre las mujeres jóvenes negras y latinas en comparación con sus pares blancas no hispanas. Las mujeres de otros orígenes raciales y étnicos también tenían tasas ligeramente más altas de deficiencia de hierro.
El análisis excluyó a las mujeres jóvenes que estaban embarazadas o tenían signos de condiciones que pueden interferir con los niveles de hierro, incluidas enfermedades que involucran inflamación crónica, los riñones o el hígado.
El estudio se centró en la ferritina, que es la forma de hierro recubierto de proteína que se almacena en el hígado y pasa a la sangre cuando el cuerpo necesita más hierro para ayudar a enviar oxígeno a los tejidos y órganos, o para producir hormonas y desarrollar células.
La autora principal del estudio, Angela Weyand, profesora clínica asociada de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y hematóloga pediátrica del Hospital Infantil CS Mott de la Universidad de Michigan Health, dice que los hallazgos sugieren que «ya es hora de considerar la detección de rutina de los niveles de hierro en adolescentes y mujeres jóvenes, incluso si no tienen síntomas como fatiga, problemas de salud cognitiva o mental, dificultad para respirar al hacer ejercicio, piel pálida o cetrina, latidos cardíacos rápidos o dolor de cabeza».
«La deficiencia de hierro es un problema poco reconocido, con impactos adversos, pero sus síntomas e incluso los de la anemia se normalizan en las mujeres jóvenes», afirma Weyand.
Tras estos hallazgos, los investigadores esperan que los médicos ordenen pruebas de ferritina en pacientes jóvenes y las aconsejen sobre el consumo de alimentos ricos en hierro, tanto la forma que se encuentra en los alimentos de origen animal como la que se encuentra en las frutas, verduras, nueces y semillas.
Si los niveles de ferritina son bajos, incluso con una dieta completa, los médicos pueden recomendar un multivitamínico con hierro o suplementos orales de hierro, que son de bajo costo y vienen en formulaciones diseñadas para no causar problemas digestivos. Para aquellas mujeres con deficiencias de hierro más graves, también está disponible el hierro intravenoso.